La decoración de interiores es una tarea sencilla: elegir un esquema de color, comprar unas muebles y poner algunos cuadros y objetos decorativos. Nada del otro mundo hasta que intenta hacerlo uno mismo. Diseñar un espacio va más allá de encontrar elementos que nos gusten. Se trata de conjugar elementos que tengan sentido entre ellos y generen una sensación de unidad en la que estos forman parte de un todo.
Un producto de impresión digital altamente efectivo y flexible para conseguir un diseño atractivo son los lienzos impresos personalizados a partir de cualquier imagen que pueda digitalizarse en alta calidad: fotos personales, imágenes de stock, imágenes históricas, etc. Los resultados son increíbles pero hay que ir con cuidado de que una buena imagen no rompa la cohesión que buscamos. Entonces ¿Cómo podemos aprovechar los cuadros impresos para sacarles el máximo partido?
Al preparar fotos o arte para imprimir, la tendencia mayoritaria es optar por montar el lienzo sobre un bastidor para poder centrar la mirada únicamente en la imagen, tal y como hacen en las galerías de arte.
Si bien los marcos recargados no son una opción demasiado atractiva eso no significa que no haya alternativas para colocar un borde que dé sentido al lienzo.
Existen dos opciones. Una es incluir el borde de la imagen que se envía para la impresión, variando su ancho según la escala final del fotocuadro. El borde debe complementar la paleta de colores del espacio y crear un vínculo poderoso con el resto de los elementos.
La otra es pintar la pared donde se va a colocar para que esta actúe como borde y proporcione contexto e incorpore el lienzo de forma natural, aportando libertad creativa.
Algo a tener en cuenta también es cómo distribuimos los lienzos impresos en la pared. Podemos huir de lo tradicional, jugar con formas geométricas para romper con la alineación habitual y establecer nuestra galería como el punto focal del espacio.
Si estás interesado en este o alguno de nuestros productos, no dudes en contactar con nosotros.
