Hoy en día, la única manera de darse a conocer en el mercado es a través de una campaña publicitaria agresiva y perfectamente diseñada. Las empresas envían a su gente a ferias, exposiciones y eventos comerciales, para poder mostrar sus productos o servicios ofrecidos. Por supuesto, a estas personas no se las envía allí sin armas. Además de su ingenio y de sus habilidades “marketinianas”, suelen ir acompañados de displays, objetos clave para captar la atención de la multitud. Por lo tanto, nada mejor que un buen banner para atraer a clientes y compradores potenciales.
Uno de los soportes favoritos del público son los roll-up y existe todo arte detrás de su impresión.
Hay que saber que son muy flexibles y fiables cuando se trata de ofrecer información a los transeúntes y sirven tanto para interiores como para exteriores. En esta última opción las pancartas suelen estar impresas en PVC u otros materiales resistentes a la intemperie y las bases son de arena recargable para añadir más fijación. Otra ventaja importante es que estas banderas son rápidas y fáciles de montar, desmontar y empaquetar permitiendo una movilidad y portabilidad óptima que facilita su visualización.
En cuanto al tamaño, hay una amplia variedad de medidas para este tipo de enrollables pudiendo alcanzar hasta los dos metros de altura. ¿Qué tamaño escoger? Pues ni uno que al ser tan pequeño dificulte el propósito del cartel, ni uno tan grande como para abrumar al público.
En definitiva, el diseño gráfico, el material utilizado, la fuerza y la base son los elementos que hay que tener en cuenta a la hora de elegir un buen roll up que nos ayude a mejorar nuestra capacidad de promoción.