Cuando la cineasta y fotógrafa Michaela Skovranova se mudó con su familia del litoral de Eslovaquia a la costa de Australia, rápidamente quedo prendada del mar y sus habitantes marinos. «Una mañana temprano, mientras me daba un baño, escuché unos suaves chasquidos parecidos al ruido que emiten los delfines y de repente, bajo mis pies, apareció un ejemplar como de la nada. Me quedé sin aliento, fue una experiencia indescriptible, y desde entonces mi intención es intentar transmitir con mis fotografías lo que siento cuando hago buceo libre entre estos animales”
Para capturar estas impresionantes instantáneas, Skovranova practica natación y apnea, es decir, buceo sin equipo. Explica que para lograr unas buenas fotografías es necesaria una preparación física adecuada y adaptar el material y equipo fotográficos. Para ello emplea una cámara ligera, con una lente focal fija y una exposición predefinida que le permite desplazarse por el agua de manera más eficiente.
No todas sus fotografías han sido tomadas en la costa australiana, también se ha sumergido en diferentes aguas en busca de las mejores instantáneas. “En algunos lugares, como la isla de Tonga, en la Polinesia, es ilegal el uso de equipo de buceo para nadar entre las ballenas jorobadas, por ello el buceo libre es imprescindible para interactuar con ellas. Estos mamíferos cuando son adultos pueden llegar a pesar 40 toneladas y solamente salen a respirar cada 30 minutos. Sus crías lo hacen cada menos tiempo hecho que las hace más fáciles de fotografiar”
Viendo las imágenes, que además cuelga en su cuenta de Instagram, uno puede maravillarse de la belleza que esconde el fondo marino y los seres que lo habitan.