Todos hemos visto un montón de ilusiones ópticas e imágenes retocadas, pero las fotografías magistralmente editadas de Erik Johansson van más allá. Tal vez sea porque son fotos compuestas con un alto grado de realismo y por ello nos resultan, por igual, atractivas e inquietantes.
Johansson es un fotógrafo y artista del retoque digital fotográfico nacido en Suecia pero afincado en Berlín que trabaja tanto en proyectos personales como por encargo. Respecto a su obra, él considera que no captura momentos sino que capta ideas, y que la fotografía es sólo una herramienta para recopilar material que le ayude a desarrollar esas ideas. Johanson apuesta de manera fiel por una realidad inverosímilmente realista en la que una fotografía, aunque pueda estar compuesta de cientos de imágenes diferentes, tenga la apariencia de que podría haber sido capturada directamente en un momento y lugar verídicos.
Tener una comprensión de cada paso, desde la toma de la imagen hasta el fin de la edición, le proporciona un control total de todo el proceso creativo y así se asegura un resultado realista de alta calidad en la transición del boceto a la obra final.
Todas sus composiciones, tanto las personales como los trabajos profesionales, son verdaderas obras de arte en las que es fácil que nos vengan a la memoria las imágenes de algunos de sus referentes como Salvador Dalí, M.C. Escher, René Magritte o Rob Gonsalves.
Para realizar su labor, Erik Johansson emplea los siguientes instrumentos:
Una cámara Hasselblad H5D-40 y una Canon 5d mark II con sus respectivos objetivos (un 35-90 en la primera y un 24-70 en la segunda).
Un flash Elinchrom RX600 y un Canon Speedlite
Un PC hecho a medida con Windows 7 64bit
Un monitor Eizo Coloredge
Los programas Adobe Photoshop CC y Adobe Lightroom
Eso es todo lo que necesita para producir sus evocadoras imágenes.
Para Johanson «Lo único que nos limita es nuestra imaginación» y el hace de ello su máxima.