Este exoesqueleto de una mano, impreso mediante tecnología 3D, puede ser muy llamativo a simple vista pero lo realmente interesante es la libertad de movimiento que permite y su simplicidad de construcción, que lo convierte en una herramienta de trabajo base con un gran potencial. No se trata, por lo tanto, de un producto final sino de un instrumento para facilitar el trabajo en un futuro. Imagine, por ejemplo, la incorporación en la mano de unos dedos alargados para manipular materiales peligrosos de forma segura.
Creada por Alex en Melbourne, Australia, la mano exoesqueleto se estima que costará unos míseros 8.16 dólares incluyendo el plástico ABS y las tuercas y pernos de las articulaciones. 13 piezas impresas en total para una mano que pesa 173 gramos.
Pero la mano es sólo el principio de un proyecto más grande; Czech tiene previsto construir un exoesqueleto de cuerpo completo.
Este diseño puede aportar algunas funciones interesante, sin embargo, el concepto exoesqueleto no es del todo nuevo.
Muchas empresas están desarrollando tecnología militar para crear “Robocops” en la vida real. Estos exoesqueletos son a menudo hechos de metal, con paquetes de baterías y motores, permitiendo a los seres humanos levantar elementos muy pesados y desplazarse con menos esfuerzo.
Una de las creaciones más populares es HULC (Human Universal Load Carrier) un exoesqueleto que permite a los soldados estadounidenses transportar hasta 200 libras (91 kg) sin ningún esfuerzo.
Aprovechar la tecnología para mejorar el rendimiento humano es una tendencia conocida como transhumanismo, un movimiento que en última instancia pretende lograr el posthumano. Con raíces en la ciencia ficción, esta evolución de la tecnología parece moverse más cerca del cuerpo humano, gracias a tecnología portátil. Hablamos de algo parecido a wearables permanentes que sirvan para ayudarnos con nuestras tareas más cotidianas.