La publicidad exterior ha sido un método muy popular para la promoción de productos y servicios durante centenares de años desde que los propietarios de tiendas pintaban anuncios en los laterales de sus locales. Sin embargo, la publicidad impresa comenzó en 1794 con la invención de la litografía, que hizo posible la creación de carteles. Poco tiempo después ya hubo quien quiso aprovecharse de este tipo de publicidad puesto que se conservan contratos de alquiler de espacios para este fin que datan de 1867
El primer cartel impreso en gran formato fue exhibido en la Exposición de París de 1889, y el tamaño se hizo muy popular para una gran variedad de necesidades publicitarias, en particular para la promoción de circos o ferias itinerantes y, más tarde, para su colocación en el exterior de los cines o teatros, anunciando películas, óperas, musicales y pantomimas.
Mientras que la publicidad al aire libre era común en los edificios, cercas o vallas de carretera; en las autopistas y carreteras de los núcleos urbanos no gozaba de la misma popularidad. Todo esto cambió en los Estados Unidos después de la invención del Modelo T de Henry Ford, el primer modelo asequible del que se vendieron un millón de vehículos de 1920. Entonces, las carreteras empezaron a ser objeto de un uso mucho mayor a causa de que los conductores comenzaron a dominarlas hecho que propició que la cartelería llegase a un público más amplio. Desde entonces las vallas publicitarias se han convertido en algo que esperamos ver en nuestros viajes.
No obstante, en los últimos años ha habido restricciones impuestas a la publicidad impresa que han hecho cambiar la naturaleza de lo que vemos o de donde se coloca. Cuando la publicidad del tabaco quedó restringida, prohibiendo que se promoviera a través de la publicidad televisiva, las compañías de cigarrillos escogieron los carteles como una fuerte alternativa hasta que este formato también fue proscrito años más tarde.
A día de hoy podemos encontramos publicidad en lugares tradicionales como paredes, vallas, bordes de la carretera, marquesinas (Mupis) o autobuses pero las opciones se están diversificando dando lugar a anuncios posicionados en lugares tales como puentes sobre autopistas, personas, tejados, ventanas, remolques de vehículos…Dando a entender que toda superficie al aire libre se puede convertir en un soporte válido.