Existe una depurada técnica para conseguir crear diseños publicitarios impresos que destaquen entre la muchedumbre de forma eficaz. Seguidamente le damos 4 consejos para la creación de un anuncio que funcione:
Use un diseño simple
Aplique el sentido común. El exceso de información y/o el desorden de esta son un desvío para la atención del consumidor y acaba distanciándolo del objetivo principal: comprar el producto. Los diseños simples con mensajes concisos son sencillos de entender y captar la atención del público con más facilidad.
Use un texto claro
Los grandes bloques de texto no invitan a leerlos. El uso de bloques más pequeños, con viñetas y sangrías, anima al lector a comenzar a leer y hace que la información sea más digerible. También está probado que los lectores encuentran las fuentes tipográficas Serif 4 veces más fáciles de leer que las fuentes Sans-serif. Es importante que sea consciente de la relación entre el texto y la imagen para hacer del primero un elemento legible y comprensible.
Respete la lógica de la mirada
El ojo comienza instintivamente a leer una página desde la parte superior izquierda hasta llegar a la parte inferior derecha. Los anuncios más eficaces ayudan a este viaje colocando el texto a lo largo de esta ruta natural de la ojo a través del contenido. Para facilitar este “viaje” del lector (y por lo tanto mejorar la eficacia del anuncio) convendría tener esto en cuenta al trazar el texto y simplificarle las cosas al consumidor garantizándole que no va a tener que luchar a contracorriente.
Destaque los beneficios
Continuamente hay que centrarse en los beneficios que el cliente va a obtener de su producto o servicio. Es muy fácil desviarse de esta cuestión, pero es la única razón por la que el cliente debería molestarse en leer su anuncio. Es preferible mantener un mensaje simple y sin jerga técnica. A menudo se da por hecho de que el consumidor comprende ese vocabulario demostrando, así, cierta falta de empatía.