La mejor solución visual para ocultar los andamios construidos en la fachada de un edificio es, sin duda alguna, la instalación de una lona exterior.
Esta solución presenta numerosas ventajas más allá de lo estético. Debido a su fabricación con materiales resistentes, la envoltura protege las zonas de paso público del riesgo de que algún equipo, herramienta o escombro caiga sobre ellas. Suelen ser lonas publicitarias impresas micro-perforadas con lo que los trabajadores pueden obrar con más comodidad gracias a que penetra la luz y el aire. Y por último, son un enorme soporte publicitario. Este último punto trae con él unos beneficios implícitos: para la empresa anunciadora supone la oportunidad de transmitir su mensaje con una alta calidad y prestigio así como de forma masiva. Por la otra parte, los propietarios del edificio reciben beneficios económicos en ocasiones muy elevados, dependiendo de si sus viviendas están situadas en un punto de gran visibilidad dentro del municipio. Estos beneficios sirven en un gran número de ocasiones para sufragar la reforma por lo que la instalación de este tipo de publicidad toma un papel esencial a la hora de que la obra sea viable económicamente.
Este tipo de instalaciones gráficas normalmente son fruto de un acuerdo a tres bandas entre los propietarios, la agencia de publicidad y la empresa que quiere anunciarse. La iniciativa parte, en la mayoría de los casos, de la agencia publicitaria que es quien se encarga de vincular a propietarios y empresas así como de tramitar los permisos pertinentes tratando con el ayuntamiento de turno.
Hay que decir que este tipo de publicidad de gran formato sólo puede tener lugar en un contexto de obras en el edificio y que no esta permitido instalarla sin ese requisito.
Finalmente hay que decir que, pese a ser un elemento de gran impacto visual para el consumidor, no deja de ser algo temporal que permanecerá el tiempo que dure el trabajo.